sábado, 9 de abril de 2011

Un joven Down exaltó la vida: “Somos personas, no una carga”

Buenos Aires, 30 Mar. 11 (AICA)

Un joven con síndrome de Down dio un testimonio personal de cómo está integrado en su familia y en la sociedad y concluyó diciendo: “Sí a la vida, no al aborto”.
Mariano González, de 27 años, habló en la Fiesta de la Vida, organizada por el Foro de la Vida y la Familia en la plaza Houssay, avenida Córdoba y Junín, el sábado 26 de marzo por la tarde.
“Agradezco a mis padres por respetar el derecho a la vida y gracias a ellos logré estar integrado en el trabajo, en la familia y en la familia de mi novia. Doy gracias a la vida por haber tenido unos padres sensacionales y unos hermanos que me quieren”.
Mariano explicó que desde hace cuatro años es empleado en la Municipalidad de San Miguel. “Yo tengo un sueldo, una jubilación, un seguro de vida. Quiero dejar en claro que nosotros, los que tenemos síndrome de Down, no somos una carga, somos personas”, afirmó con convicción, sin leer.
El joven puso como ejemplo a un compañero de trabajo, a quien nombró, que adoptó un chico con síndrome de Down. Mariano está de novio, su novia se llama Claudia; dio también “gracias a Dios por conocer a mis suegros”.
Hace unos años perdió a su madre y la recordó: “Dios me dio la vida a través de ella, ella me engendró”, dijo. Y elogió a su padre: “Es un encanto de persona, un compañero de vida”.
El público, entre el cual había muchos jóvenes con remeras de color naranja, aplaudió de pie.
La celebración comenzó en la plaza del Congreso, desde donde hubo una marcha por las avenidas Callao y Córdoba hasta la plaza Houssay. El lema de la marcha era “La vida y la familia, pilares de nuestra sociedad”.
Una bandera decía ese lema en castellano, en quechua y en aymara. La portaban mujeres bolivianas de la parroquia de Itatí, de Bánfield, diócesis de Lomas de Zamora.
A su vez, cuatro hombres con capines azules sobre sus hombros se sucedían en portar un Cristo muy pesado, según una antigua tradición de la Liguria trasladada a este país. Integran el grupo de los llamados “portacristos genoveses”.
Una sábana muy grande con manos de jóvenes estampadas en distintos colores en la tela proclamaba: “Nuestros papás y mamás nos defendieron desde la concepción”. Otros grandes carteles decían: “La vida sí importa” y “Todo bebé tiene derecho a nacer”.
En el acto hubo números musicales. Entre otras canciones, se escuchó una, con ritmo de rock, que decía “Todos tenemos derecho a vivir”.
Y un cantor tucumano, Luis Manzur, interpretó una melodía que decía: “Somos la vida, la voz de aquellos que no tienen voz”.


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