sábado, 28 de agosto de 2010

San Luis: LOS NIÑOS SON INJUSTAMENTE DISCRIMINADOS

En la solemnidad de San Luis Rey, los obispos puntanos han emitido una declaración en la que denuncian la injusta discriminación de la que son objeto los niños y reclaman la urgente defensa de sus derechos.

Les han negado “su derecho natural a tener un papá y una mamá”, dicen, con la reciente sanción de la “injusta ley” “por la cual las uniones del mismo sexo han pasado a considerarse idénticas a las uniones matrimoniales del varón y la mujer”, aprobada por “una escasa mayoría de legisladores argentinos -mayoría obtenida a través de intensas presiones-“. Sus consecuencias negativas, afirman, “alcanzarán su mayor gravedad en todo el ciclo escolar”, la nueva planificación inducirá a los niños “a cuestionarse la identidad sexual de la cual en su inmensa mayoría se sienten naturalmente seguros”.

Manifiestan además que “los activistas que promueven la cultura del aborto en la Argentina, son los mismos, o están estrechamente coordinados, con los que promovieron el matrimonio homosexual”.

Tras reiterar que el derecho a la vida es el primer y fundamental derecho, enfatizan, “si un niño indefenso e inocente es asesinado antes de nacer, sufre la más terrible e injusta de las discriminaciones”.

Destacan que en la “promoción legal del aborto” se invocan las cifras de mortalidad materna y se ofrece la “absurda solución” de asesinar a cientos de miles de niños “con cuidados médicos seguros, legales y gratuitos” para que sus madres no sufran peligro. Mientras que otros pretenden instalar esa práctica con un mero “trámite burocrático en que por una interpretación ‘amplia’ del Código Penal, se daría curso a una Guía Ministerial de máximo permisivismo abortista”.

“No es posible creer, concluyen al respecto, que en sociedades modernas y desarrolladas no existan posibilidades legales para un trámite de justa y rápida adopción. Ni tampoco, que se carezca de posibilidades para brindar a esas madres el apoyo social, económico, psicológico, moral y espiritual que necesitan, para no ser cómplices de la muerte de sus hijos. Todo eso es posible. Pero es rechazado por el terrible desprecio discriminatorio hacia el niño por nacer”.

Las cosquillas de Argibay

por Alberto M. Sánchez

LA NOTICIA

Argibay: "Hablo de aborto y me dicen asesina". La ministra de la Corte Suprema dijo que quienes se oponen a la legalización del legrado esgrimen "argumentos falsos" y que las críticas que recibe por su postura favorable no le hacen "ni cosquillas".

COMENTARIO

Hace mucho tiempo que la ministra de la Corte Suprema, Carmen Argibay, viene provocando a la población mayoritariamente católica del país. Primero se declaró “atea militante”. Luego celebró la ley que habilitó el matrimonio entre personas del mismo sexo. En muchas ocasiones se ha pronunciado a favor del aborto, como un “derecho” de la mujer.

Ahora bien, estas últimas declaraciones que comentamos colman la medida. Podrían quizá ser entendibles en una militante pro-aborto de trinchera y de escasa formación, pero son inconcebibles en una persona universitaria, mucho más si ostenta el cargo que ostenta.

Está absolutamente probado por la ciencia que la vida del ser humano comienza con la concepción, la que se produce cuando el espermatozoide fecunda al óvulo. Por ello, el aborto es un asesinato, “la manera más cobarde e infame de cometer el delito de genocidio” (Pablo A. Ramella. “Atentados a la vida”). ¿De dónde extrae Argibay que la vida humana y su inicio es una “idea religiosa”? ¿Es que acaso hay un comienzo de la vida para los creyentes y otro para los ateos? ¿Podría ilustrarnos Argibay, por ejemplo, cuando comienza la vida de los “ateos militantes”? ¿Creerá Argibay que “no matar” es un precepto “religioso” que no obliga a los ateos militantes?

Por otra parte, afirma que nuestro país es un Estado laico, lo cual podría discutirse, pero olvida que la Constitución Nacional, culmen de la pirámide normativa que ella como ministra de la Corte debe conocer, acatar y respetar, reconoce a Dios como fuente de toda razón y justicia (Preámbulo) y que las acciones privadas de los hombres que no ofenden al orden y a la moral pública ni perjudican a terceros no están a su alcance como jueza porque están reservadas a Dios (art. 19). ¿Podría ilustrarnos Argibay cuál es para ella la fuente de la razón? ¿Y la fuente de la justicia? Si no es Dios, ¿será en ambos casos su propio criterio personal? ¿Será el de la mayoría circunstancial? Ya que ella no cree en Dios, ¿se considerará habilitada para juzgar las conductas privadas de los hombres?

También Argibay ha dicho que “hablar de aborto es defender un derecho" de la mujer. ¿Y el derecho del niño? Porque Argibay debería conocer que para la Argentina “niño” es “todo ser humano desde la concepción hasta los 18 años de edad”, conforme reza el art. 1 de la Convención sobre los Derechos del Niño con la reserva de nuestro país. ¿Desconoce Argibay que esa misma Convención dispone en su art. 3 que “en todas las medidas concernientes a los niños que tomen las instituciones públicas o privadas, los tribunales, las autoridades administrativas o los órganos legislativos, una condición primordial a que se atenderá será el interés superior del niño”? ¿De qué derecho de la mujer habla Argibay? ¿Del derecho a asesinar un niño indefenso cuyo interés todas las instancias públicas y privadas de la nación deben defender y promover como superior? ¿Es que no le queda claro a Argibay que el derecho a la vida del niño indefenso e inocente es a todas luces, se mire por donde se mire, infinitamente superior al tan mentado como falso en este caso derecho de la mujer a disponer de su propio cuerpo? ¿Es que acaso no es científicamente evidente que el niño que se desarrolla en el seno materno es una vida independiente de la de madre?

Por último, ha dicho Argibay: "Hablo de aborto y me acusan de asesina, pero yo insisto, esos calificativos a esta altura no me hacen ni cosquillas… Desde hace años me llaman asesina por defender la libertad de las mujeres. Por defender sus derechos”. ¡Qué pena que la opinión fundada, cierta y por sobre todo verdadera de instituciones religiosas, de infinidad de ONGs, de la enorme mayoría de la doctrina jurídica más prestigiosa del país y de la abrumadora mayoría de la población no le “haga ni cosquillas”! Debiera al menos hacerla pensar, ya que está en un lugar donde pensar es esencial, en lugar de asumir una posición tan despectiva y peyorativa.

Y permítaseme, finalmente, una última acotación. Quienes promueven el aborto no están a favor de la libertad y de los derechos de la mujer. Todo lo contrario: favorecen la cultura de la muerte, el genocidio de inocentes, un pingüe negocio y la más extendida, cruel y espantosa causa de muerte en el siglo XXI.

miércoles, 25 de agosto de 2010

Aborto: Una opción peligrosa para la mujer

El aborto es, ante todo, el asesinato de un inocente, pero además supone un riesgo para la mujer que se somete a él, riesgo que se pretende ocultar a las mujeres, muchas veces en situaciones difíciles, por quienes manipulan la información para favorecer la acción criminal.La agencia Zenit recoge unos datos muy intersantes de concer y analizar para evitar ser engañados por la propaganda abortista.La legalización del aborto en la mayor parte de los países del mundo ha sido considerada por muchos como un paso adelante en el reconocimiento de los derechos de la mujer. No obstante un estudio recientemente publicado por el "Elliot Institute" demuestra que el aborto es más peligroso para la salud de la mujer que la opción de seguir con el embarazo hasta el nacimiento del niño.El documento, escrito por David C. Reardon y publicado en el "Post Abortion Review", apunta cómo con frecuencia los grupos que promueven el aborto afirman que el peligro de muerte durante el parto es mucho más elevado que el riesgo a morir a causa de un aborto. Reardon desmiente esas afirmaciones aprovechando los datos de un nuevo estudio realizado en Finlandia. La investigación se llevó a cabo bajo la dirección del departamento de análisis de estadísticas del Centro Nacional de Investigación sobre la Salud y el Bienestar. Los investigadores analizaron los datos médicos de todas las mujeres de 15 a 45 años de edad que habían muerto entre 1987 y 1994. Dado que el sistema médico en Finlandia está nacionalizado los datos reflejan bien el panorama global del país.Encontraron que 281 mujeres murieron en el curso de un año desde su último embarazo. Resulta que la tasa de mortalidad por cada cien mil casos era de 27 para las que dieron a luz su niño, 48 para las que perdieron el bebé por causas naturales, y 101 para las que habían abortado.De las 281 mujeres que murieron en el curso de un año desde su último embarazo, 77 de ellas se habían suicidado. Para las que habían abortado hubo un riesgo de suicidio dentro de un año siete veces mayor, en comparación con las mujeres que continuaron la gestación hasta el nacimiento de su bebé. De hecho las mujeres que han dado a luz tienen una incidencia más baja de suicidio, en comparación con las mujeres en general. Mientras que el aborto está conectado con un dramático incremento en el suicidio.Otros estudios apoyan los datos de FinlandiaTambién en Gran Bretaña existen datos que demuestran la relación entre la decisión de abortar y el suicidio de la mujer. Las autoridades de salud de South Glamorgan estudiaron los datos de la población local, 408.000 personas, y resulta que hubo 8,1 intentos de suicidio por cada mil mujeres que habían abortado, mientras que la tasa para las que tuvieron un niño fue de 1,9 por mil. Además, el suicidio después del aborto no se debía a problemas de salud mental ya existentes. Más bien la investigación concluyó que el aumento en el riesgo del suicidio después de abortar se debe probablemente al aborto mismo.El artículo del "Post Abortion Review" también cita otros estudios, donde hay datos detallados sobre casos individuales de suicidio. Se evidencia que con frecuencia la decisión de acabar con la propia vida ocurre en el aniversario del aborto o en la fecha en que el niño habría nacido. Un estudio de la Universidad de Minnesota concluyó que las adolescentes se encuentran particularmente en riesgo de suicidio después de un aborto.Reardon observa también que en China la incidencia del suicidio entre las mujeres es la mayor del mundo. De hecho un 56% de todos los suicidios de mujeres tiene lugar en China, que es el único país del mundo en el que más mujeres que varones acaban con sus propias vidas. Para las mujeres de edad inferior a 45 años la tasa de suicidio es nada menos que el doble que la de los varones. Reardon sugiere que esta situación tan anómala podría encontrar su explicación en la política de restringir a las familias a un sólo niño y el consiguiente uso de abortos, en no pocos casos contra la voluntad de la mujer, para implementar esa norma.La muerte de otras causasNo es sólo el suicidio el que es propiciado por la decisión de abortar. También el aborto está relacionado con un aumento en los fallecimientos a causa de accidentes. Según el estudio finlandés una mujer que haya dado a luz tiene la mitad de la probabilidad de sufrir un accidente mortal que el resto de la población, mientras que la tasa de mortalidad de un accidente de alguien que abortó era dos veces más alta en comparación con el resto de la población.Reardon cita otro estudio de Canadá en el que los investigadores encontraron que las mujeres que se habían sometido a un aborto en el año precedente fueron tratadas en un 41% más por desórdenes mentales, en comparación con las que habían dado a luz. Asimismo la incidencia de accidentes era más alta para las que abortaron. Además el estudio de Finlandia descubrió que el riesgo de morir a causa de un homicidio era cuatro veces más alto para alguien que había abortado, en comparación con el resto de la población.De las 281 casos de muertes estudiados en Finlandia un 45% se debieron a causas naturales. Sin embargo, también en esta categoría el riesgo de morir era más alto para una mujer que había abortado, en un 60%, en comparación con las que llevaron a término el embarazo o que perdieron el niño por causas naturales. Una posible explicación de ese fenómeno podría ser que las que murieron después de un aborto ya estaban con mala salud desde antes y procuraron el aborto a causa de sus problemas ya existentes. Sin embargo, los investigadores finlandeses rechazaron esa hipótesis cuando, al examinar los registros de los abortos, sólo una mujer había señalado como motivo su salud física.Los daños psicológicos y emocionalesAparte de las consecuencias negativas de un aborto para la salud física de la mujer, la decisión de poner fin a la vida que llevan dentro de sí también provoca con frecuencia traumas psicológicos. Un nuevo libro, publicado en Australia por Melinda Tankdard Reist, examina ese tema. En "Giving Sorrow Words" (Duffy and Snellgrove, 2000) son relatados los casos de 18 mujeres que expresan su sufrimiento por haber abortado.Cuando Melinda Tankard Riest insertó un anuncio en el periódico para pedir datos sobre mujeres que quisieran contar las experiencias negativas a causa de su decisión de abortar, hubo 250 respuestas. Aunque ella admite que ese grupo no representa a todas las mujeres que han abortado, sin embargo demuestra que existe un grupo significativo de mujeres que sufren mucho a causa de su decisión de abortar.Riest observa cómo los grupos que promueven el aborto suelen ignorar, e incluso negar, los daños psicológicos que se presentan después de haber abortado. El derecho al aborto es resaltado como algo positivo, una liberación, que proporciona el dominio sobre el propio cuerpo. Las personas que trabajan en las clínicas de aborto hablan del feto como una mera colección de células, cuyo exterminio no debería presentar ningún problema, y si la paciente se traumatiza, entonces es culpa suya.Además, ni las clínicas ni los centros organizados por las feministas suelen ofrecer servicios de ayuda para las mujeres que sufren problemas psicológicos a causa de su aborto. Incluso el libro cuenta los casos de varias mujeres que, al ir a diversos centros de asistencia para las mujeres con el fin de encontrar apoyo, les dijeron que no deberían hablar mal de su experiencia de aborto.En la introducción del libro la autora explica que con frecuencia las mujeres que le han contado sus experiencias desmienten el mito de la "libertad" para abortar. En no pocos casos existe presión por parte de los padres de familia o del padre del niño para abortar. Entonces, ¿en qué sentido se puede hablar de la libertad de escoger cuando la mujer es presionada de esa manera?Por eso el libro observa que es ilusorio pensar que el aborto pueda solucionar los problemas sin causar otras dificultades. La autora afirma también que es tiempo de que la sociedad apoye con mayor decisión la maternidad, para que las mujeres que deseen dar a luz a sus niños encuentren el respaldo necesario para hacerlo.
aciprensa

lunes, 23 de agosto de 2010

Aborto: Los poderosos buscan eliminar a los débiles

Buenos Aires, 20 Ago. 10 (AICA)
En un artículo publicado en el diario La Nación con el título “La defensa de los que tienen menos poder”, el presbítero Víctor Manuel Fernández, a cargo del Rectorado de la Universidad Católica Argentina, invitó a “no ser superficiales con el tema del aborto”, y pensar a fondo, porque “si sólo tiene derechos el ya ‘desarrollado’, ¿con qué argumento sólido podremos otorgar un carácter indiscutible a los derechos humanos de los más débiles?”, interpeló. “La defensa de la vida humana requiere fundamentos inquebrantables y jamás sujetos a discusión, para asegurarnos de que no se repetirán las diversas barbaries del siglo pasado. El único modo de establecer estos fundamentos firmes es sostener que la vida humana es sagrada siempre, desde su gestación hasta la muerte natural”, explicó. Asimismo, advirtió que “de otro modo, los inteligentes y poderosos encontrarán hábilmente excusas para eliminar al que molesta por considerarlo menos desarrollado: a los deformes, a los ‘negros’ de las villas, a los ancianos, a los ‘bolitas’, a los dementes, a un árabe sospechoso, etcétera”.

sábado, 21 de agosto de 2010

CIENCIA RESPALDA DEFENSA DE LA VIDA DESDE LA CONCEPCIÓN, AFIRMA DIPUTADA ARGENTINA

BUENOS AIRES, 18 Mar. 10 / 09:04 pm (ACI)

La diputada Cynthia Hotton advirtió que el aborto no es un tema urgente para el país y viola las leyes argentinas. Asimismo explicó la necesidad de luchar por los niños pobres y desnutridos antes que por despenalizar esta práctica anti-vida; y resaltó que la ciencia respalda a la Constitución que protege al no nacido desde la concepción.

"El derecho a la vida no es una cuestión de ideología, ni de religión, sino una emanación de la naturaleza humana. La legislación Argentina defiende la vida desde el inicio, la concepción. Desde el momento que fue descubierto el mapa genético se ha demostrado que a partir de la concepción ya existe un nuevo ADN, una nueva persona dentro del cuerpo de la madre. Esta defensa a favor de la vida no es una cuestión ideológica sino una cuestión con valor científico", expresó la diputada.

De esta manera respondió a las declaraciones de la también diputada Cecilia Merchan, que durante la presentación del proyecto de "Ley de la Campaña Nacional por el derecho al aborto legal, seguro y gratuito", afirmó que "la ley de aborto es un tema de absoluta necesidad y urgencia".

"De necesidad y urgencia son los problemas que atraviesa la niñez donde un grupo de personas quiere decidir sobre el derecho a la vida, el derecho a nacer. El aborto no debe ser una opción. Hay otras formas de solucionar la problemática de las mujeres con embarazos no deseados, la adopción es una posibilidad", indicó Hotton.

La legisladora advirtió que es grave "que algunas personas se crean con derecho a quitarle derechos a los más vulnerables e indefensos, los niños no nacidos. Nadie en este país debe decidir sobre la vida de otra persona y mucho menos de una que aún no puede defenderse".

En ese sentido, recordó que la legislación nacional reconoce como niño a "todo ser Humano desde el momento de la concepción y hasta los 18 años de edad", y el Código Civil señala que desde la concepción comienza la existencia de las personas, y antes de su nacimiento pueden adquirir algunos derechos, como si ya hubiesen nacido.

Jubileo de la Familia

sábado, 14 de agosto de 2010

¿Cuántos hijos debo tener?

Cada matrimonio debe tener tantos hijos cuantos en conciencia formada y delante de Dios vea que Dios quiere, siempre manteniéndose abiertos a la vida en cada uno de sus actos conyugales. Hoy en día, incluso desde el punto de vista demográfico, son cada vez más necesarias las familias numerosas, en contra de cuanto dice una falsa propaganda alarmista y tendenciosa. Es muy útil al respecto leer el documento preparado por el Consejo Pontificio para la Familia sobre “la disminución de la fecundidad en el mundo”, (25 de febrero de 1998).
El Papa Pío XII decía de las familias numerosas que son “las más bendecidas por Dios, predilectas y estimadas por la Iglesia como preciosísimos tesoros... En los hogares donde hay siempre una cuna que se balancea florecen espontáneamente las virtudes... La familia numerosa bien ordenada es casi un santuario visible... son los planteles más espléndidos del jardín de la Iglesia en los cuales como en terreno favorable, florece la alegría y madura la santidad” (Pío XII, alocución “Tra le visite”, del 20 de enero de 1958.). También el Concilio Vaticano II alaba a los esposos que son generosos en la transmisión de la vida: “Son dignos de mención muy especial los que de común acuerdo, bien ponderado, aceptan con magnanimidad una prole más numerosa para educarla dignamente” (Gaudium et spes, 50).
Una descendencia numerosa es una bendición para los hijos mismos que son llamados a la vida y a la eternidad; para la Iglesia que crece con sus hijos bautizados y para la patria. Por eso es un dato de experiencia que una familia que reúne una numerosa descendencia y un auténtico espíritu cristiano es siempre un lugar donde reina la alegría, a pesar de las dificultades materiales que puedan pasar.
No está demás mencionar que muchas familias numerosas han sido cuna de santos, como las familias de San Francisco Javier (6 hermanos y él fue el último), San Bernardo (7 hermanos), Santa Teresita de Lisieux (9 hermanas y fue la última), Santa Teresa de Jesús (9 hermanos), San Luis Rey (10 hermanos), San Pío X (10 hermanos), San Roberto Belarmino (12 hermanos), San Ignacio de Loyola (13 hermanos), San Pablo de la Cruz (16 hermanos), Santa Catalina de Siena (25 hermanos y fue la penúltima).
La Iglesia, no obstante, reconoce que en algunas circunstancias es difícil en las circunstancias actuales llevar adelante una familia numerosa. Pero no hay que temer y la confianza puesta en Dios es, como dice San Pablo, una esperanza que no defrauda.


P. Miguel Ángel Fuentes

Sí a la vida: No Matarás

Las personas tienden a celebrar, por lo general, su cumpleaños. ¿Por qué?. Porque es algo bueno, es un acontecimiento alegre, de felicidad, de acción de gracias. Entonces podemos deducir que el nacimiento de una persona es un bien. En el aniversario del nacimiento de una persona e celebra el inicio más pleno de la vida humana que comienza desde el momento de la concepción. Aunque siempre existirán personas que, en un momento dado, consideran la vida como un mal, pero son reacciones a un sentimiento, normalmente pasajero, a consecuencia de algo que no anda bien.
La vida es un bien y un derecho, y es el derecho más alto en el orden natural. Es un don de Dios, es decir, un regalo. Nadie es capaz de crear su propia vida. La vida no nos pertenece, al ser un don tenemos la obligación de cuidar de este regalo. Esto no se logra si no se aprecia la vida desde su comienzo, desde el momento de la concepción.
Sólo Dios da la vida, por consiguiente, sólo Dios puede quitarla. Quitarle la vida a un ser humano inocente no tiene privilegios ni excepciones.

Visión cristiana de la vida corporal
En el Quinto mandamiento el mandato de Dios es muy claro: No matarás.
El hombre ha sido creado por Dios. Todo lo que Dios ha creado es bueno. Luego el cuerpo es un valor. La dignidad del hombre radica en ser creado a imagen y semejanza de Dios. (Gn. 1, 26-28)
Dios ha puesto todo lo material bajo el dominio del ser humano. (Sal. 139) (Hech. 17, 24-28). Por eso, el hombre puede utilizar todo lo creado para fines buenos, para darle un correcto uso.
El hombre es una unidad de cuerpo y alma. Luego ambos aspectos - el material y el espiritual - son buenos, existiendo una jerarquía entre ellos donde el espiritual es prioritario. (Mt. 10, 24-28); (Rm 7, 22-24) No podemos perjudicar el alma en beneficio del cuerpo.
El hombre toma decisiones espirituales, pero las materializa en actos exteriores corporales. Por eso deben tenerse en cuenta ambos aspectos para juzgar la moralidad de un acto. (Gadium et spes 49) Dios se encarnó en un cuerpo, luego el cuerpo ha sido revalorizado por la acción de Dios. Más aún, Dios lo ha glorificado con la resurrección. De ahí, el cuerpo debe ser santificado como todo lo humano.
El alma fue creada por Dios por lo que es imposible aceptar la teoría de la evolución descrita por Darwin. El Papa Pío XII ya lo decía en (Humani Generis). La vida humana se transmite únicamente por la unión sexual del hombre y la mujer. Por lo tanto, los padres al unirse están cooperando con Dios que crea el alma en el momento de la concepción de una vida nueva.
En la actualidad a causa de la pérdida del sentido cristiano de la vida, se ha llegado a una mentalidad anti – vida, donde se niega el valor trascendente de la vida humana.

La vida corporal vista desde la ley natural
Los principios morales también se deben establecer a partir de los datos que nos ofrece la ley natural. De este modo tendremos una visión más completa de la correcta orientación que debe darse a la problemática ética de lo referente a la vida corporal y a la bioética.
La ciencia y la técnica están al servicio de la persona humana y deben orientarse a la mejora integral de la persona, tanto física, como espiritual o moralmente. El hombre debe de ser tratado como hombre, cuando es adulto y cuando es menor de edad. Si no admitimos manipulaciones en la vida de un adulto, tampoco debemos permitirlas en un menor de edad o minusválido.
La vida física es el valor fundamental de los valores corporales, pues sobre ella se apoyan y desarrollan los demás. Por eso no se puede subordinar la vida a otros aspectos (económicos, artísticos, científicos, etc.).
La vida física debe de ser respetada siempre, no sólo cuando –esta vida - es notable o importante. Desde el punto de vista del valor de la persona todos somos iguales. Y la vida no depende del desarrollo del ser humano, ni de sus capacidades. También un óvulo fecundado es vida humana iniciando su proceso de desarrollo. La vida del hombre es sagrada e inviolable porque desde un principio comporta la acción creadora de Dios. (Evangelium vitae n 53).
Hemos dicho que el hombre es una unidad de cuerpo y alma. Defender la vida es defender cuerpo y alma. No es lícito al hombre despreciar la vida corporal (Gadium et spes 14), como tampoco lo sería el desprecio de lo espiritual, se deben desarrollar todas las capacidades que tiene su alma: inteligencia, conciencia, vida espiritual, etc. ……
El hombre debe poner los medios ordinarios que estén a su alcance para su conservación: los accesibles económicamente, que no comporten sufrimientos excesivos, no degraden al cuerpo y tengan posibilidad de éxito. No hay obligación moral de sujetarse a medios extraordinarios que rebasen estas condiciones. (Catecismo n 2278). La salud es un gran valor, pero no el valor supremo. El uso de anestesia es válido porque está dirigido al bien de toda la persona y aunque priva temporalmente de la conciencia, es lícito porque aporta un bien mayor.

Abusos contra la integridad de la propia vida
Pecados contra la sobriedad:
La sobriedad es la virtud que tiene por objeto moderar, de acuerdo con la recta razón iluminada por la fe, el uso de la comida y las bebidas.

+ Drogas. La gravedad no está en la cantidad consumida sino en el daño grave que causa al individuo por sus efectos irreparables. Ocasionalmente se pueden utilizar para fines curativos bajo control y prescripción médica y si no conlleva a la adicción. El uso de cualquier tipo de droga es ilícito, sean drogas blandas o drogas duras.

+ Bebidas alcohólicas. El exceso no distingue lo bueno y lo malo, y lleva a graves pecados y males. Los pecados cometidos en estado de ebriedad, aunque en sí no llevan culpa por carecer de sano juicio, no se justifican, pues pudieron evitarse al eliminar la causa, es decir no bebiendo en exceso.
+ La gula. Exceso en el comer y en el beber - es normalmente pecado venial, pero puede causar graves estragos a la salud y entonces se convierte en pecado mortal.

+ Suicidio. Siempre es ilícito porque se atenta contra un derecho divino y se pone en juego la propia salvación. (Catecismo nn 2280 – 2283). Diferente es exponer la vida por una causa heróica y justificada. (Evangelium vitae n 66)

El suicidio puede ser + directo: cuando se busca esa finalidad, o +indirecto: cuando no se busca exactamente esa finalidad, pero se pone la vida en peligro por actuar imprudente y voluntariamente. Nunca será lícito exponer la vida sin una causa justificada.

+ Mutilación. Es ilícita porque el individuo no es dueño de su propio cuerpo. Solamente puede justificarse en función del todo por razones de salud. Ejemplo de ello sería la extirpación de un riñón porque de no hacerlo se pondría en peligro la vida de la persona. Eliminar un órgano enfermo para bien de toda la persona es válido por el principio de mal menor. Eliminar un órgano que deteriora a la persona (en su dimensión psíquica, física o personal) es inmoral, porque no beneficia a toda la persona. Tal es el caso de la ligadura de trompas o vasectomía. Aunque beneficia algunos sectores de la persona, perjudica a otros (priva de un bien como es la capacidad de procrear).

+ Eutanasia. ¿La muerte dulce? (Catecismo nn 2276 – 2279). Proceso que produce la muerte a alguien. Si se le quitan los medios extraordinarios que le mantenían con vida no es eutanasia pues nadie está obligado a los medios extraordinarios. Las personas enfermas o disminuidas deben de ser atendidas para que lleven una vida tan normal como sea posible. Son amorales los que inducen directamente por voluntad propia o ajena, la muerte del enfermo. (Evangelium vitae nn 64-67). El dominio que el hombre tiene sobre sí mismo no es absoluto, sino ministerial es administrador del plan establecido por Dios (Humanae vitae n 13).

Dios pide cuentas del hombre al hombre. (Gn 9,5), su vida es inviolable y el que la viola, viola los derechos de Dios.
Aunque la muerte se considere inminente, los cuidados ordinarios debidos a una persona enferman no pueden ser legítimamente suspendidos.

+ Analgesia. El uso de analgésicos para aliviar los sufrimientos del moribundo, incluso con el riesgo de acortar su vida, puede ser moralmente conforme a la dignidad de la persona si la muerte no es pretendida, ni como fin, ni como medio, sino prevista y tolerada como inevitable, es una manera de eliminar dolores a quienes se encuentran en una fase terminal. Los cuidados paliativos son una manifestación de la caridad..
La eutanasia eugenésica que tiene por objeto eliminar a las personas con una vida sin valor, nunca es permitida.

Abusos contra la vida de los demás

+ Asesinato. Es producir deliberadamente la muerte a otra persona. Es una acción inmoral, porque se priva de la vida a una persona.

+ La esterilización. Es la intervención quirúrgica que suprime, en el hombre o en la mujer, la capacidad de procrear. Además de ser un caso de mutilación que implica atentar contra el propio cuerpo.

+ La Esterilización Terapéutica. Es la que se lleva a cabo cuando hay que salvar una vida o conservar la salud, es lícita porque su finalidad es el bien del todo. Siempre y cuando la enfermedad sea grave, sea el único remedio para recobrar la salud o conservar la vida, y que la intención sea la de curar.

La esterilización directa es cuando se tiene como único fin el hacer imposible la procreación, siempre es ilícita. Ligadura de trompas, vasectomía.

+ Aborto. Es la eliminación deliberada y directa, como quiera que se realice, de un ser humano en la fase inicial de su existencia, que va de la concepción al nacimiento. Tiene los agravantes de premeditación, ventaja y alevosía, contra una criatura débil, inocente que no puede defenderse y que está totalmente confiada a la protección de su madre (Evangelium vitae n 58)


Faltas contra la dignidad de las personas:
Son todas aquellas faltas, que aunque no atentan contra la vida ajena, dañan al otro en sus derechos fundamentales; el derecho a la vida, a una vida decorosa, a la fama, a la verdad, a la educación, al trabajo, al culto, a escoger el estado de vida, etc.
La muerte moral es el asesinato de la fama del otro. Este es un pecado que atenta gravemente contra la dignidad de la persona y no se le da mucha importancia. Aquí está considerada cualquier tipo de crítica: la difamación, calumnia, juicios temerarios e injustificados, etc. Siempre hay que hablar bien de los demás.
El escándalo es una falta de respeto al alma del prójimo. (Catecismo nn 2284-2287).
Existen otros pecados contra el quinto mandamiento, como son los pleitos, los ataques verbales o físicos, los insultos, las bromas pesadas. Es decir, todo lo que busca hacer un mal al otro, todo lo que va en contra de la caridad atenta contra la dignidad de la persona. También prohibe todo aquello que va en contra del respeto a la intimidad y a la vida privada.


Casos especiales
Legítima defensa: Siempre hay el deber de defenderse de la agresión violenta que pone en peligro la propia vida. Es lícito pero no siempre obligatorio. (Catecismo nn 2263-2276). Legítima defensa a veces puede ser un deber grave, para el que es responsable de la vida del otro, del bien común de la familia o de la sociedad.
En defensa propia puede ejercerse la violencia e, incluso quitar la vida a otro, siempre y cuando sea necesario recurrir a este medio. No se aproveche malintencionadamente para matar a otro.

Pena de muerte: Caso extremo aplicando el principio de la legítima defensa de la sociedad, y como último recurso. (Catecismo nn 2266 y 2267).

Guerra: Tiene que ser una legítima defensa de la acción militar. (Catecismo nn 2307-2317)

Respeto de la vida naciente
La vida nace naturalmente en el matrimonio según las leyes de la naturaleza. Buscarlo fuera del matrimonio es inmoral porque está fuera de la ley natural.
Son lícitas las intervenciones terapéuticas sobre embriones respetando su vida y su integridad, que no los expongan a riesgos desproporcionados y que vayan dirigidas hacia la mejora o curación. (Evangelium vitae n 63).

Los embriones obtenidos “in vitro” deben ser respetados desde el primer momento de su existencia.
Es inmoral producir embriones humanos destinados a ser explotados como material biológicos de pruebas experimentos o comercio.
Los intentos de fecundación entre gametos animales y humanos o la implantación de embriones humanos en animales son inmorales porque van en contra de la dignidad del hombre y lesiona su derecho a ser concebidos y nacer dentro del matrimonio humano.
La fecundación artificial entre gametos diferentes a alguno de los cónyuges es inmoral porque priva a los hijos del derecho a nacer en y del matrimonio.
La maternidad sustitutiva es contraria a la moral porque va contra la unidad del matrimonio.
La fecundación artificial de gametos de los mismos esposos y la inseminación artificial son inmorales porque separan la relación natural entre unión conyugal y procreación.

Sentido cristiano del dolor y el sufrimiento
El corazón del hombre se mide por la forma de acoger el sufrimiento. El sufrimiento, puede ablandarlo, purificarlo, mejorarlo, irritarlo, deteriorarlo. El dolor es inevitable, pero hay dos caminos, aceptarlo, creciendo en el amor o rechazarlo y crecer en la amargura.
Cristo lloró, padeció y murió por nosotros, a partir de entonces el hombre ve el sufrimiento como algo que lo asemeja a Cristo, le da un sentido diferente, se convierte en un paso hacia la salvación. Cuesta, pero la certeza de que Dios nos espera nos hace más fuertes para aceptarlo. El sufrimiento, el dolor y la muerte para un cristiano tiene un sentido de redención.

Para profundizar:
Gaudium et Spes nn 47-52
Catesismo de la Iglesia Católica
Salvicis Doloris Carta apostólica de S.S. Juan Pablo
Mater et Magistra nn 185 - 199 Carta encíclica de S.S. Juan XXIII
Para Salvarte 5° mandamiento P. Jorge Loring, S.J.

miércoles, 11 de agosto de 2010

El derecho a la vida :Quien esté exento de ser víctima, que asuma su condición de victimario

En estos últimos tiempos parece que el valor de la vida humana fuera variable, que dependiera del nivel de “progreso” al que aspira un país. Esta es otra faceta más del relativismo moral que se nos quiere imponer como modo de vida normal y hasta deseable.
Umberto Eco, en su libro La estrategia de la ilusión, presenta un debate de ideas muy interesante acerca de si los hombres deben ser considerados medios o fines en sí mismos, para regular las conductas entre los miembros de una sociedad. El texto alude a un razonamiento dialógico entre dos personajes acerca de la pena de muerte. El intercambio de argumentos lleva directamente a pensar acerca de cuáles son los fundamentos para que el ser humano pueda disponer de la vida de otros hombres en cualquier momento de su vida y esto lleva directamente a reflexionar acerca de uno de los estados de la vida del hombre que algunos pueden aprovechar para considerarlo menos humano: su etapa de gestación. El que sigue es uno de los fragmentos más profundos del capítulo:

Eco: Sin embargo, usarías un hombre vivo, dándole muerte, como medio de atemorizar a otros hombres.

RENZO: SÍ, pero aquél, al haber cometido el daño, es menos hombre que los demás... ¿O, no?

Eco: No. Y me inquieta el hecho de que quienes están dispuestos a considerar a este hombre menos hombre, se muestren en cambio implacables contra las prácticas abortivas, alegando que un ser humano es siempre un ser humano, aun cuando sea todavía la propuesta de un feto. ¿No están en contradicción?

RENZO: Me confundes las ideas. ¿Y la legítima defensa?

Eco: Ésta considera a dos hombres, uno de los cuales pretende reducir al otro a simple medio mientras el segundo debe evitar este atropello. Si es posible sin matar al otro, aunque si fuese necesario impidiendo al otro hacer el mal. Y, en este caso, entre el derecho del inocente y el derecho del culpable, prevalece el primero. Pero el Estado que ajusticia al culpable no le impide con eso cometer el acto y simplemente, repito, lo usa como puro medio. Y, una vez se usa un hombre como medio admitiendo que existen hombres menos hombres que otros, se anula la esencia misma del contrato con que se rige el Estado. Y, en realidad, la cuestión del aborto no contempla la pregunta de si es lícito matar a un hombre, sino antes bien si un feto es un hombre y si, propuesta informe en la profundidad del útero, está ya bajo las leyes del contrato social o sólo es propiedad del seno materno. Pero un homicida, inserto en el contrato social, es un hombre a todos los efectos. Y si se le considera menos hombre que a otro, mañana se podría considerar menos hombres a quienes se atreven a defender la pena de muerte y podría proponerse su muerte para disuadir a los demás de sostener tan insanos pensamientos.”[1]

La polémica pregunta que presenta Eco acerca de si la “propuesta de un feto” es un hombre ya ha sido respondida por la ciencia. No cabe dudas de que un ser humano es tal desde el momento mismo de su concepción. Sin embargo, la puesta en duda de esta premisa es un argumento frecuentemente utilizado –hoy más que nunca en debates de medios de comunicación-por aquellos que proponen el “aborto” como una solución a diversos problemas. Es un hecho innegable de la naturaleza indica claramente que un embrión, o un feto, es una vida humana y, como tal, debe ser protegida. Quitar esa vida es hacer morir a un ser humano existente.[2] Éste es el fundamento de la penalización del aborto .Las instituciones de salud que están destinadas a proteger la vida humana no pueden ser utilizadas para terminarla, justo cuando se inicia y cuando además, el individuo es totalmente impotente para defenderse. Actualmente hay especies animales en vías de extinción que gozan de mayor protección que un ser humano en gestación. Por lo tanto, los proyectos de pretenden despenalizar el aborto van llevando a la especie humana a una involución de la que será difícil retornar.
La conclusión a la que se arriba en el fragmento de Umberto Eco es sumamente ilustrativa acerca de los peligros a los que expone la misma arbitrariedad en la decisión de cuáles son los parámetros o criterios para decidir qué seres humanos tienen más derecho a vivir. Este es el germen de la verdadera discriminación, de la cual pueden llegar a ser víctimas injustas algún día los propios propulsores de este tipo de leyes, si a otras personas les parece en algún momento inaceptable (hasta para considerarlo indigno de vivir) su modo de pensar. Realmente este es un argumento que nos debe hacer reflexionar.
Mgter. Claudia Lencinas

[1] ECO,Umberto.La estrategia de la ilusión. Lumen.1999.Pág. 76
[2] El Doctor Guillermo Cartasso,Presidente de la Fundación Latina sostiene que “desde el momento de la concepción hay vida humana. En efecto, desde que el óvulo es penetrado por el espermatozoide se conforma una unidad con todos los elementos genéticos de un nuevo ser humano distinto del de la madre. Aunque esté recién concebido está protegido por la Constitución Nacional (artículo 75, inciso 22) y por el Código Civil que en su artículo 51 expresa: ‘todos los entes que presentasen signos característicos de humanidad, sin distinción de cualidades o accidentes, son personas de existencia visible’. Por lo expuesto los seres humanos recién concebidos sin distinción de cualidades o accidentes son reconocidos como personas de existencia visible”(“El aborto no es una cuestión religiosa sino de derechos humanos” - Buenos Aires, 5 de Agosto de 2010 -AICA)

domingo, 8 de agosto de 2010

JUBILEO DE LA FAMILIA 2010

“Descubriendo la Riqueza y la Alegría de la Luz de Cristo en Nuestras Familias”
Sábado 28-agosto, Estadio Cerrado, 15:30 a 19:30hs.

El Grito Silencioso

Extracto del testimonio del aborto realizado por el gineco-obstetra Bernard Nathanson , que después de ser el autor de 75000 abortos cometidos, debió su cambio total y radical, al hecho de que ahora la medicina cuenta con recursos sofisticados con los que se ha logrado penetrar hasta el mundo del no nato y entender, a ciencia cierta, QUE EL FETO ES UN SER HUMANO COMPLETO, CUYO CORAZÒN LATE, POSEEDOR DE ONDAS CEREBRALES COMO LAS QUE CUALQUIER INDIVIDUO PENSANTE, CAPAZ DE SENTIR DOLOR FÌSICO Y REACCIONAR CON EMOCIONES DE TRISTEZA, ALEGRIA, ANGUSTIA O IRA.
“Comenzaron a verse escenas asombrosamente realistas filmadas en el interior del útero de una mujer, usando micro cámara de video. Destacaban con increíble nitidez la fisonomía del pequeño, sus pies, sus ojos, su boca, u posición encorvada, su piel suave y delicada. Las imágenes no dejaban duda alguna que entre ese “producto” y un ser humano completo, con garantías individuales y protegido por las leyes, no había ninguna disimilitud dramática, excepto el tamaño.El feto flotaba en su ambiente acuoso, jugueteando con el cordón umbilical, luego se llevó un pulgar a la boca. Succionando su dedo, tragó un poco de líquido amniótico. Le sobrevino un ataque de hipo. Sintió la mano de su madre que sobaba el vientre. Pateó la mano.Percibió la risa de su mamá como un rumor sordo. Notó como ella le devolvía el golpecito y volvió a patear. Al poco rato perdió interés en el juego y se quedó dormido.El doctor Nathanson mencionó que en la actualidad puede considerarse al nonato como un paciente más, y que la ética elemental dicta al médico preservar la vida de sus pacientes.-Ahora veremos por primera vez – dijo -, a través de modernos aparatos, lo que hace el aborto a nuestro pequeño paciente. Presenciaremos lo que ocurre dentro de la madre, desde el punto de vista de la víctima.La operación comenzó.Alternativamente se veían las imágenes de cuanto realizaban los médicos fuera y lo que pasaba adentro.El abortista colocó el espéculo en la vagina de la mujer para abrirla y visualizar el cuello uterino. Insertó el tenáculo y lo fijó. Midió con una sonda la profundidad del útero y aplicó dilatadores hasta que el camino estuvo listo para introducir el tubo succionador. Mientras, en la pantalla se veía al feto moverse normalmente, serenamente; su corazón latía a 140 por minuto; estaba dormido, chupándose el pulgar de la mano izquierda. Repentinamente, despertó con una simultánea descarga de adrenalina. Había percibido algo extraño.Se quedó quieto, como si agudizara sus sentidos para entender lo que estaba sucediendo afuera.El aparato ultrasónico captó la imagen de la manguera succionadora abriéndose paso a través del cuello con movimientos oscilantes, hasta que se detuvo tocando la bolsa amniótica. Entonces la enorme presión negativa (55 milímetros de mercurio) rompió la membrana de las aguas y el líquido, donde flotaba el niño, comenzó a salir. En ese preciso instante, el pequeño rompió a llorar. Pero su llanto desesperado y profuso no pudo oírse en el exterior. Inició giros rápidos tratando de huir desea cosa extraña que amenazaba con destruirlo. Su ritmo cardiaco sobrepasó los 200 latidos; siguió llorando, su boca se movía dramáticamente y hubo un momento en el que quedó totalmente abierta. Los aparatos detectaron un grito que nadie pudo escuchar. Los violentos movimientos del bebé provocaban que se saliera constantemente de foco. Pudo observarse a la perfección la forma en que trataba de escapar, convulsionándose para evitar el contacto con el tubo letal, pero su espacio era reducido y el agresor llevaba toda la ventaja.Finalmente, la punta de succión se adhirió a una de sus piernitas y ésta se desprendió de un tajo. Mutilado, siguió moviéndose cada vez con menor rapidez en un medio antes líquido y ahora seco. La punta del aspirador trató de alcanzarlo otra vez; los médicos la introducían buscando a ciegas; les daba lo mismo arrancar otra pierna, un brazo o parte del tronco; para esa parte del proceso no existe ningún procedimiento técnico. El niño seguía llorando en una agonía impresionante. El tuvo volvió a alcanzarlo, esta vez enganchándose en un bracito que también fue desprendido. Negándose a morir, el cuerpecito desgarrado siguió sacudiéndose. La manguera jaló el tronco tratando de arrancarlo de la cabeza. Al fin lo logró. El desmembramiento fue total.Entre el abortista y el anestesista se utilizaba un lenguaje en clave para ocultar la triste realidad de lo que estaba sucediendo.-¿Ya salió el número uno? – preguntó el anestesista refiriéndose a la cabeza.Ésta era demasiado grande para ser succionada por la manguera, de modo que el abortista introdujo los llamados fórceps de pólipo en la madre. Sujetó el cráneo del pequeño y lo aplastó usando las poderosas pinzas. La cabeza y el encéfalo, explotaron como una nuez. Los restos fueron extraídos minuciosamente. El Recipiente del succionador terminó de llenarse de los últimos fragmentos de sangre, hueso, y tejido humano del bebé recién abortado.La embarazada que había permitido la filmación era una activista de los derechos de la mujer. Cuando vio la grabación quedó tan impresionada y triste que se retiró de su grupo para siempre. El médico que practicó la operación era un joven que, a su edad, había realizado más de 2000 abortos. Cuando pudo observar con los modernos aparatos lo que sucedía realmente en el interior de la madre, se retiró de su actividad con un gran remordimiento.Extracto del libro, Juventud en éxtasis, Carlos Cuauhtémoc Sánchez, “El Aborto”Presentado por: Dr. Bernard N. NathansonSacado con permiso de Copyright. 1984

domingo, 1 de agosto de 2010

Una Opción de Amor

Que bueno seria que todos los que intervienen en la realización de un aborto, o en la manipulación de la vida que se practica en fríos laboratorios, no lo hicieran y en cambio contribuyeran a que todas esas vidas que se truncan sin justificativo valedero alguno, pudieran ser concebidas en un noble acto de valentía y mas noble aún ser entregadas en adopción si por causas ajenas a ese ser que nace a la vida, la propia madre o el propio padre no pueden llevar adelante tal misión.

Permítanme recordar una vez más, aquellas mujeres de distintas edades y condiciones sociales, pero que con gran valentía y amor, dignificaron y dignifican la vida. El derecho a la vida.
Hoy en día en que tanto se habla, opina, sentencia, legisla, manipula etc, sobre temas como el aborto, el derecho a la vida, la anticoncepción, los ataques a la familia, etc, etc,etc... Yo humildemente quiero agradecer y rendir mi humilde homenaje a esa mujer que a través del tiempo le dice no al aborto y además toma la valiente decisión de llevar adelante su embarazo y luego entregar esa creatura por ella concebida, en adopción.

Amor y Responsabilidad

Pbro. Dr. José Juan García

Un tema significativo que abordó Karol Wojtyla –después papa Juan Pablo II- fue el rico filón del amor humano.
Temáticamente consiste en una reflexión sobre la estructura del amor humano en la que se intenta conjugar tomismo y fenomenología. El tomismo –como sabemos, corriente filosófica-teológica inspirada en el genio de santo Tomás de Aquino- es su matriz de base y la fenomenología proporciona el tono de la investigación y la perspectiva.
El hombre no es una cosa. Se resiste a ser tratado como una cosa entre las cosas. Sería un reduccionismo trágico. Es más que la primera experiencia que tenemos de él.
“No basta definir al hombre como individuo de la especie homo (ni siquiera homo sapiens). El término ´persona´ se ha escogido para subrayar que el hombre no se deja cerrar en la noción ´individuo de la especie´, que hay en él algo más, una plenitud y una perfección de ser particulares, que no se pueden expresar más que empleando la palabra ´persona´”[1].
El punto de partida es la persona humana en sus variadas y ricas dimensiones. Wojtyla, filósofo, poeta y pastor, recorre las etapas, modalidades y aún deformaciones del amor humano: concupiscencia, benevolencia, amistad, emoción, pudor, continencia, templanza, ternura, etc. Son etapas y a la vez, muestras de maduración de la totalidad e integración de las dimensiones personales.
El filósofo polaco ahonda en el estudio sobre la castidad en la ética cristiana. Y así, formula el principio de la castidad como integración libre de la pulsión sexual que se autodomina. Como propuesta de integración de la sexualidad en el contexto global de las relaciones interpersonales entre el hombre y la mujer, la castidad cuida del “uso” egoísta del hombre hacia la mujer, que fácilmente puede terminar cosificándola. Y viceversa. Hombre y mujer en dimensión complementaria y no mero placer sexual o instinto.
La castidad cuida el auténtico amor, porque lo purifica continuamente. Y es más que necesario, pues la libertad del hombre es una libertad herida por el pecado. El egoísmo y la traición son los contaminantes del auténtico amor.
Cuando los cónyuges se “abrazan” en estrecho vínculo, es el amor, exclusivo y excluyente, leal y completo, fiel y sincero, lo que brinda sentido y plenitud a ese encuentro, y así se vuelve lenguaje que expresa una verdad única: dos libertades se donan como varón y mujer en completa sintonía. Y de ese encuentro felíz surge, espontáneo, el don de la vida humana, el gran regalo del amor: los hijos.
“Hacerse cargo” de los hijos es responsabilidad, don y tarea, sueño y realidad. Toda un cometido para vivir.
En pocas palabras, encontramos en el rico libro de Karol Wojtyla Amor y Responsabilidad, toda una teoría personalista del amor sexual que debe confluir en el matrimonio como su plena expresión. Esta visión influirá luego en la teología del matrimonio y de la familia en Gaudium et Spes del Concilio Vaticano II. Invitamos a recorrer sus páginas, que no pierden actualidad y vigencia.


[1] WOJTYLA, K., Amor y Responsabilidad, Razón y Fe, Madrid, 1978, pág. 13.